Hoy compartimos un cuento de la escritora cubana Idania Bacallao Iturria, incluido en su último libro A Gabriel no lo mató la luna (CAAW Ediciones, 2015)
LA PUTA DE SUS MIL AMORES
Dejó de vivir su historia cuando conoció mi historia. Tenía más o menos veinte años y ahí estaba su puta. Parada, dispuesta, encendida como una vela puesta al revés. La puta de sus mil amores.
Mi historia que en un principio no tuvo nada que ver con su historia. Pero que de un momento a otro comenzó a mezclarse, aliarse, sumergirse con la de él. Nada fue forzado. Todo llegaba como un dictamen misterioso del Universo. Todo era una bomba de tiempo que venía cayendo, no para matar, sí para variar. Sacarlo a él de su historia. Sacarme a mí en su historia.
La puta era un remilgo. Un dios metido en la miseria. Diez clavos desclavados de la madera de Cristo no la limpiaban. La hacían. Así y todo fue él quien hizo a la puta. No yo. Tampoco Cristo.
La moldeó. Le enseñó la palabra gracias. Y le explicó que la Magdalena de Dios no tiene nada que ver con la muerte de nuestros ocho estudiantes de medicina. Y la puta lo aprendió. Pero lo aprendió de carretilla. A empujones porque quien nace para violín desde el monte suena.
Él en su arrebato de gusto y amor, no se dio cuenta de tanta falta de paralelismo. Y la metió en su corazón, pero no a empujones ni a carretilla. La metió como quien cuela el olor del mar en un cofre. Después lo olvidó todo. Y su historia se le hizo nido. La puta le parió. Pero le parió una historia distinta a la de ella, a la de él, a la mía. Le parió una margarita, suave, flácida… casi etérea. Casi, casi perfecta.
Entonces, él le habló de su historia a su margarita. Al lado de la cuna le contó que hay violines que aunque son de madera no suenan en el monte. Le habló que el ungüento de la Magdalena es un éter que no todos pueden. Y no pudo hablarle más. Dos gotas saladas le mojaron los labios. No tenía escapatoria. Ya estaba amarrado. Y amó.
Datos de la autora:
Idania Bacallao Iturria (Villa Clara, Cuba, 1957)
Narradora, poetisa y artista plástica.
Graduada de Licenciatura en Inglés, ha recorrido el amplio mundo de la literatura a través de la poesía, relatos y críticas. Su obra, La hija del agua, marcó el exitoso inicio de su carrera literaria.
Entre sus títulos publicados se encuentran: Ana de mis amores, Mujeres raras, La plegaria de la yerbabuena, Toma café conmigo, y El día que voló la amapola, todos de temática erótica femenina y con un marcado estilo surrealista.
Igualmente, ha publicado varios textos en periódicos y revistas nacionales e internacionales, siendo una de las voces eróticas femeninas más importantes de la región central de Cuba.
Actualmente vive en Rancho Veloz, el pueblecito donde nació.